domingo, 27 de enero de 2013

A new feeling for you


A new feeling for you
Si tan solo hubiera sido una pesadilla, nada de esto hubiera pasado, sin embargo todo sucedio, los corazones salen lastimados y ya no hay nada que se le pueda hacer.. bueno, pues esa misma suerte tuve, pero nadie sabe lo que el destino nos tiene preparados…. Que complicado…

Cap 1- Los gemelos Kagamine llegan.

¿Qué es eso que estaba anunciando su corazón? No podía ser cierto, alguien tenía que decirle que no era verdad, que lo que veían sus ojos era una mentira, una doble mentira creada por algún demonio para hacerle la vida imposible dentro de la casa.

-¡Bienvenidos!-La chica de coletas corrió hacia el recibidor de la casa y abrazo a los dos pequeños que acaban de llegar a la casa.
Alguien tenía que llegar y decir “¡Ja! Eres un ingenuo Kaito, esto es una broma.” Miró a Gakupo de reojo y entonces pasó saliva porque si su compañero samurai no se movía ni se reía, significaba que esas personitas amarillas no eran una broma.

-Pero que lindos son- Meiko los miró- ¿No es así, Luka?
La chica de acento americano sonrió apaciblemente dándole la razón a su compañera.
-Pues ahora somos muchos- mencionó Gakupo por encima de la emoción de todos.
¡Dios! No era una broma, en realidad había dos personas amarillas, que casi eran idénticas, en la puerta y llegaban para quedarse a vivir con todos ellos. Y no era que Kaito tenía un problema con ello, era sólo que le sorprendía y sentía un revoltijo en su estómago, es más, ni siquiera soportaba la idea de comerse un helado.

-Mucho gusto- mencionó la niña amarilla- me llamo Rin y él es mi hermano Len- apuntó al niño amarillo.
Los gemelos estaban entusiasmados, pero Kaito entraba en pánico, cada segundo un poco más,hasta que no pudo contenerse más.
-¡Gente amarilla!- gritó apuntándolos y luego corrió hasta su habitación.
Sólo se escuchó que se cerró la puerta con seguro, y todos se quedaron boquiabiertos ante la imagen que había dejado el chico de bufanda azul.
-Tendrán que perdonarlo- dijo Gakupo sin poder aguantarse la ria- lo que pasa es que a Kaito le sorprende conocer gente nueva, y además- no podía, en realidad no podía dejar de reírse- ayer tuve una plática con él y ha provocado sucomportamiento.
Luka le mandó una mirada furiosa.
-Tuviste la charla de los colores con Kaito- susurró resolviendo el misterio.
Y los demás se quedaron satisfechos, claro que los gemelos los miraron raro y se que daroncon sus dudas.
-¿¡De qué hablan?!- dijeron los dos al mismo tiempo, claro los Kaganime estaban muy sincronizados.
Gakupo los miró a los ojos, en especial a Rin porque parecía que en cualquier momento lo mataría. Le sonrió amablemente e hizo un gesto con la mano.
-Le dije a Kaito que el amarillo le quedaba bien- y continuó riendo.
Los gemelos se quedaron igual.
-Bueno- Len suspiró- lo mejor será instalarnos en nuestra habitación y comenzar con el trabajo.
Todos estuvieron de acuerdo.
Sólo quedaba una duda entre todo el espectáculo que se acaba de armar, y era “¿Porqué Kaito había actuado de esa manera?” Todo se remontaba a una noche antes,cuando Kaito deambulaba en su habitación con un pequeño botecito de helado en las manos.
-Es que no lo puedo creer de otra manera- Se pasaba el helado de vainilla por todos los rincones de su boca, sin desperdiciar ninguna gota de sabor.
-Así es mi querido amigo- Gakupo estaba acostado en la cama de Kaito, con los ojos puestos en el techo, tratando de encontrar una respuesta a todas las inquietudes de su amigo- Todos en esta casa son colores, ¿lo ves? Digo, Miku es algo como verde tirándole a azul. Luka es rosita de pies a cabeza, yo soy morado, tú eres azul,Meiko es como rojo, pero a veces me confunde y pienso que es café.
Si, el razonamiento del samurai era un poco muy simple para la cabeza fría de Kaito.
-¿Entonces?-terminó su helado y miró a Gakupo- ¿Qué hay con eso?

-Verás- se sentó en la cama- todos los colores se complementan, es como si hicieras combinaciones, ¿verdad? Es como…- miró el helado- …banana splits, una combinación de dos cosas que te gustan y así vas a poder cantar otra vez.

El problema de Kaito Shion era muy sencillo, simplemente no había podido componer nada desde hacía ya un tiempo, y por más que comía helado y se deprimía en su habitación,no había podido encontrar la inspiración. Así que, erróneamente le pidió un consejo al chico samurai, que parecía el más maduro… Mal hecho.

-Entonces,debo encontrar un color que combine conmigo y así ¿compondré de nuevo?
-Si­-Gakupo no estaba muy seguro de todo lo que había dicho, pero le parecía divertido el ver que a todo lo que decía, Kaito siempre le daba su aprobación.Era tan obediente e inocente- Encuentra un color- sonrió burlonamente- No se,por ejemplo, un amarillo no te caería nada mal.
Allí quedó esa plática, y ahora Kaito estaba encerrado en su habitación, meditando todo lo que acaba de pasar.
Y Gakupo Kamui moría de risa por dentro mientras ayudaba a los gemelos a instalarse en su habitación.
-Bien- dijo dejando sus cosas en el suelo de la nueva habitación que tenía una litera y algunos muebles para guardar cosas- bienvenidos a la casa.
No dijo nada más y salió de la habitación.
-¡Yo quiero arriba!- gritó Len Kagamine, que comenzó a subir por la escalera.
La pequeña Rin lo tomó del cinturón y lo tiró al suelo.
-Yo voy arriba Len- Rin lo miró con una sonrisa burlona y subió por la escalera mientras su hermano se recuperaba del golpe.
-¡Eres una tramposa!- se sobó la cabeza- no importa, quédate con la de arriba- hizo una mueca de disgusto y fue directo hacía las maletas.
Sacó su ropa y comenzó a acomodarla en los cajones que había disponibles.
-La izquierda es mi lado Rin- anunció- mi ropa irá a la izquierda y la tuya a la derecha.
Rin se recostó en su nueva cama con los brazos cruzados detrás de la cabeza, ignorando completamente a su hermano gemelo, que tenía una manía extraña por tener todo ordenado para no confundir la ropa y no llegar a ponerse alguna ropa indeseable que fuera de ella.
-¿Crees que todos son amables?- Rin interrumpió el largo monólogo que Len llevaba a cabo mientras acomodaba todo.
-Pues…- se detuvo- Creo que algunos son buenos y otros no me interesan en absoluto.
Los hermanos Kagamine se miraron por un instante y luego sonrieron, como si fueran cómplices de sus propias travesuras.
-Comencemos por el hecho de que ninguno nos dijo su nombre- Len se sentó con las piernas cruzadas sobre el piso de madera- Sólo sabemos que Kaito es el chico que salió corriendo…
-Nos dijo“gente amarilla”- lo recordó Rin mientras bajaba de su cama para ponerse frentea su hermano- es muy lindo y gracioso- sonrió de lado.

-Lo es-trató de recordar su fisonomía lo más posible- será una presa fácil- sonrió.

-Es el hermano mayor que siempre quisiste, Len- Rin se puso a pensar- Yo más bienquiero al chico de morado.

-¿El samurai?- Len trató de recordarlo.

Si, el más pequeño de Kagamine podía llegar a ser muy torpe en cuanto a recordar las cosas y demás estupideces de las que Rin se pasaba la vida muriendo de risa.

-En la cena investigaremos los nombres de todos y haremos un plan- Rin se puso de pie y buscó algo entre las maletas.

Sacó un gran pizarrón blanco con muchos plumones de colores y lo colgó en una de las paredes con un martillo. Oh si, los gemelos venían preparados para la guerra. Y Rin era la comandante de todas las jugadas, Len era el chico malo que hacía el trabajo sucio, pero lo disfrutaba tanto como Rin. Podían llegar a ser algo diabólicos si se les encontraba el lado malo.

-La chica de pelo verde me cae mal- mencionó Rin al tomar el plumón verde y escribir algo en el pizarrón.
“mal” puso con verde. “guapo” puso con morado. “esquís” puso con rojo. “rara” puso con rosa. “súper extra raro” puso con azul.

-Bien- se volvió a sentar frente a su hermano- ya está todo listo. Ya sabes lo que hay que hacer.
Len la miró atento, repasó el pizarrón y luego la miró de nuevo.
-Si, ya está todo planeado Rin.

****

Cuando llegó la hora de la cena, como era de costumbre, cada quien se turnaba para hacerla. Y había sido hoy el turno de Meiko, la señorita más ebria de toda la casa.
Estaban todos en la mesa, con grandes platillos frente a sus caras y en silencio mientras Meiko servía el sake para todos.
-¿No hay refresco?- preguntó Rin en la voz más suave y linda del mundo.
Algo a lo que Len se quedó sorprendido, pero fijó su vista en el plato.
-Enseguida-Luka se paró de la mesa e hizo todo lo necesario para servir el refresco a los más chicos.
Los gemelos sonrieron y comenzaron a comer, ya que nadie hacía ningún ademán por decir o hacer algo.
Cada quien estaba en su mundo, platicando y haciendo lo que ellos sabían, como ignorando a los gemelos, a excepción de Kaito, que los miraba casi con miedo.
-Kaito-mencionó Len por arriba de las voces de los demás.

Y todos se quedaron callados, mientras el chico de cabello azul sentía que un escalofrío le recorría todos los nervios de su espalda.

-Es el único nombre que me sé- sonrió como un niño pequeño lleno de ternura.

-Cierto-Rin lo miró e hizo un puchero- Kaito es el único nombre que nos sabemos.

Luka se dio cuenta de lo que querían decir los pequeños y su instinto de hermana mayor más responsable que Meiko, le hizo presentar a todos los demás para comenzar denuevo.

-Me llamo Megurine Luka- dijo la Vocaloid de cabello largo y rosa- Me gusta cantar en inglés y amo el pescado más que nada en el mundo- sonrió.

Y los Kagamine pensaron que no era tan rara después de todo; era más sincera.

-Me llamo Hatsune Miku- y siguió comiendo.
Rin sintió que ella estaba celosa, pero no sabía de que.

-Soy Meiko-simplemente con una sonrisa- prometo no poner el mal ejemplo hasta que se a costumbren a verme ebria.
Len pensó que ella era demasiado graciosa.
-Soy Kamui Gakupo- el samurai hizo una reverencia y sonrió sólo para la más grande de los gemelos.- Y amo la berenjena.
Su corazón se aceleró por un instante.
-Soy Shion Kaito- suspiró casi con miedo- lamento haber dado tan mala primera impresión,pero es que…- miró directo a los ojos de Len y se sintió intimidado de nuevo-el helado me llega demasiado rápido a la cabeza- se excuso- pero espero que se diviertan y nos llevemos bien.
-Más que bien- sonrieron los pequeños.
Pero no fue una sonrisa linda, fue más bien algo con malicia. Algo que todos decidieron ignorar y seguir con la cena, felizmente como si nada hubiera pasado.
Esa noche,los nombres en el pizarrón fueron cambiados y se incluyeron más estrategias de batalla. Ahora los gemelos dormían plácidamente en sus camas mientras Kaito no podía dormir debido a que sabía que algo no le parecía del todo normal 






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